Cinco ideas para decorar con lo que tenés

Descubrí cómo renovar tu hogar sin gastar una fortuna.

Exhibí tus fotografías u obras de arte enmarcadas

Si tenés una obra de arte o una fotografía que te encanta ¿por qué no la usás como inspiración para un nuevo estilo? Colgar arte en un lugar a la vista y generar una pared de tendencia de color detrás renovará una habitación de forma instantánea.

Podrías usar un color de la obra de arte (te recomendamos elegir uno o dos tonos más claros) o seleccionar un color contrastante para que realmente se destaque.

Usá tus muebles de estilo

Redecorar tu habitación en torno a un mueble preferido es una forma sencilla de generar un gran cambio. Hacé que tu mueble de tendencia sea la estrella de la escena al seleccionar un color de pared que realmente lo complemente.

Por ejemplo, si tenés un sofá rojo, podrías elegir un gris o azul frío para equilibrar el rojo. O, si tu mueble es de un tono neutro, un color de pared cálido te ayudará a dar calidez y profundidad al espacio.

Usá textura para crear un dormitorio acogedor como un refugio

Si tu dormitorio luce un poco agotado, probá esto para una transformación osada.

Elegí un color de alguna de tu ropa de cama preferida y creá un efecto de refugio al pintar de ese color el techo y dos de las paredes. El color envolverá la habitación y creará una atmósfera acogedora e íntima perfecta para relajarte.

Construí un esquema de color basado en accesorios

Creá un punto focal al agrupar accesorios de la misma familia de color y exhibilos en un estante, en la repisa de la chimenea o en el aparador. Para generar un impacto máximo, probá variar las formas y los tamaños de los jarrones, los marcos de fotos y las piezas de cerámica.

Da un paso más y pintá una pared destacada detrás de tu exhibición que complemente los colores de los accesorios.

Cambiá la vista con un toque de color

Las cortinas o persianas en general se usan como base para un esquema de color, pero si llevás esta idea un paso más allá, podés crear un verdadero impacto.

Probá pintar el nicho de la ventana en un color vibrante, como azul eléctrico o verde profundo, y el resto de las paredes en un tono más apagado del mismo color.

Este efecto no solo inyectará color en tu habitación de una forma inesperada, sino también creará un punto focal.

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